– No todas las proteínas son iguales. Las proteínas están compuestas por 22 moléculas: los “aminoácidos”. De estos nuestro cuerpo solo es capaz de fabricar 13 de ellos. Los 9 restantes, considerados “esenciales” (presentes sobretodo en alimentos de origen animal o de sus derivados) son los básicos para la construcción muscular.
– Es una palabra de origen griego que significa “lo primero”.
– Una dieta muy rica en proteínas no es síntoma de que nos vayamos a poner “fuertes”. Consumir proteínas sin hacer ninguna actividad física (o hacer alguna actividad física, pero con un exceso de consumo proteico o directamente, no hacerla bien) lo único que nos reportará será daño en los riñones al trabajar en exceso para eliminar el nitrógeno. En definitiva, estaremos tirando el dinero y la salud por el váter.
– Las dietas basadas en proteínas se llaman: cetónicas. La más conocida es la dieta Atkins o la ya famosa variante “la dieta Dukan”. Este tipo de dietas son muy peligrosas para la salud, pudiendo producir desde daños al cerebro hasta acidificar el el PH (provocando cansancio, agotamiento, etc.).
– A pesar de que las funciones principales de las proteínas son plásticas, el cuerpo es capaz de sacar energía de ellas, por medio de la Neoglucogénesis.